Enfant terrible (Kid Loco)
Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: en la calle y en vos. . . Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo. Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Te reís!...
Y claro, como no me voy a reir. Como no me voy a reir de tamaña coincidencia, de buscarte y buscarte, y de repente darme cuenta de que en realidad, fuiste vos quien me encontro.
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