De como unos metros cuadrados se van convirtiendo en una casa

Que me llame una amiga al mediodia para pasar a tomar un cafe y que se vaya recien doce horas despues solo puede ser entendido como un elogio.
Y si en el medio de las doce horas caen otras cuatro personas y hacen que el domingo pase de la manera mas maravillosamente improductiva no queda otra que sentirse feliz. Tomar cerveza, fumar un poco, subir al techo, mirar las cosas desde el otro lado del puente y coincidir en que este fue un cambio de los buenos. Charlar, tocar la guitarra, comer galletitas. Emprender una caminata en masa para coronar el fin de semana con una hamburguesa con papas, volver y abrazarse con todos en los escalones de la entrada y recien ahi, subir y acostarse en estado de plenitud, con la leve sensacion de que este anio los domingos no van a ser lo que alguna vez fueron. Hasta quizas esten buenos y todo.