Emotional rescue

El domingo cerramos el restaurant para un private party. Un familia lituana (estonialetonialituania) que festejaba el cumpleaños de 90 de una viejita que era lo mas. Chiquitita, coqueta, simpatica, tomando vino y cagandose de la risa toda la tarde. Los invitados, rarisimos. Colgaron retratos del papa en las paredes, hicieron discursos en lituano y cantaron y bailaron mientras un tio viejo de saco blanco y cara bordo tocaba el acordeon. Entre la multitud habia por lo menos tres curas. Edad promedio de los invitados: 65. Mucho anteojo gigante, mucha hombrera y bordado plateado, mucho rouge fucsia y esmalte nacarado, mucha tintura mal hecha, pelo quemado y raices crecidas, mucho corpiño taza DD. Y yo caminando con un vestidito escotado, sonriendole a estas mujeres y a los viejos verdes de sus maridos, sirviendoles vino y teniendo conversaciones que para que te voy a contar. No me la creerias. La bizarreada maxima.

Igual cuando la vieja soplo las velas me emocione y llore.

Soy cualquiera.