Esencias

Cuando era chica y veia que mi mama se ponia el delantal para cocinar, corria a la cocina y me quedaba ahi de principio a fin. "Mami, te vine a ayudar", le decia, pero en realidad iba atras de ella agarrando todas las cucharas o potes que dejaba, chupando las espatulas o metiendo las manos en todas las mezclas. Me encantaban los olores: el chocolate, la crema, las frutillas, la vainilla. El olor de las tortas o los brownies en el horno. El olor de la cocina, el olor de mi mama en la cocina.

Una de las grandes decepciones que me lleve de chica mientras "ayudaba" fue cuando probe la esencia de vainilla. Como puede ser que algo tenga un olor tan rico y sea tan feo?


Recien fui a la cocina a preparar un te y vi el frasquito de esencia de vainilla en uno de mis estantes. Lo abri, respire profundo y me volvieron a la mente esas escenas de la infancia. Que increible como un olor te dispara tantas imagenes. Que increible que atras de una puertita blanca en la cocina de un departamento en Brooklyn haya un frasco chiquitito con una tapa roja, y que adentro guarde el olor a todas esas tardes que pase con mi mama.