Wednesday, May 23, 2007

Una flor amarilla

Me da pena que la literalidad de mis suenios revele mi desgaste cerebral, pero la otra noche sonie algo tremendo. Conocia a otra Urala y la flasheabamos, compartiamos un taxi y no parabamos de encontrar coincidencias entre nuestras vidas. No eran *iguales-iguales*, pero si parecidas. Vamos hombre, no se lo imagine como un calco, mas bien una figura analoga.
La otra Urala era mas grande. La otra Urala estaba casada, tenia cuatro hijos. La otra Urala me hablaba de un pasado feliz, contaba historias con un brillo en los ojos, me escuchaba apasionada y completaba mis frases. La otra Urala me decia que extraniaba volar, que le encantaba volar en unos aviones chiquitos que ella manejaba cuando era joven, unos aviones que le permitian volar liviana y cambiar de rumbo con facilidad, y que con los anios y la familia y las responsabilidades lo habia dejado de hacer. Ya no podia tomar ciertos riesgos, me decia. Entonces la voz cambiaba de tono, y otra vez sonaba alegre, me pedia que fueramos a comprar vino, a emborracharnos, a seguir hablando por horas. La verdad es que a mi la otra Urala me generaba cierta tristeza, veia a un cuerpo que no se conectaba con su alma, a una mujer que anioraba su pasado con pesada nostalgia, una mujer que no podia terminar de disfrutar de su presente.

Literal y chato, quizas, pero es evidente que todo este temita de la adultez me tiene cagada hasta las patas.

8 Comments:

Anonymous Anonymous said...

cómo te entiendo... hace más de un año cambié de estado civil y sigo sin poder incorporarlo. Cuando hablo de él, todavía digo "mi novio".
chili soup

3:07 PM  
Blogger marina k said...

todavía no pude leer los últimos que posteaste porque estoy a mil ya saliendo de casa, pero entré para ver qué onda y ver que estás ahí, te extraño urala, mandá mail o dejá comment, porfaaaaaaaaa

5:43 PM  
Blogger WIB said...

cantidad de años: suficiente pero sin hijos. toy hasta las manos tambien

5:56 PM  
Blogger Pilikina said...

Ainssss los años, que mal.

6:55 PM  
Anonymous Anonymous said...

Yo no volvería para atras, hice cosas copadas, pero acorde a la edad. Por suerte la cabeza me cambió, lo que podría llegar a ser un sinónimo de madurez. Aunque tal vez en unos años daría hasta lo que no tenga para estar sentado escribiendo esto de nuevo...

7:46 PM  
Blogger marina k said...

se podrá ir llegando a la adultez sin cosas pendientes que se transformen en autoreproches luego? como estoy en eso, ando de exceso en exceso, no vaya a ser que después no me acuerde del gusto de ciertas cosas,
por suerte me di cuenta a los veintipico, cuando todavía tengo tiempo de lo que no hice a los dieciocho. lo demás, que llegue a su tiempo. los hijos, a mi hermana, le llegaron a los 36 y dice que así son lo más. queda tiempo.

12:38 AM  
Blogger Flor said...

Urala:

(y conste que no digo Uralita porque nos pusimos serias)

A mí tu sueño me pareció muy hermoso. Creo que todo lo que soñaste forma parte de vos y de tus deseos. También de tu presente, pasado y futuro.

La Urala grande, la de los hijos, la de las grandes responsabilidades que te pedía de ir a tomar una cerveza y salir juntas no me pareció triste. Yo si me encontrara con mi Florencia de 25 años haría exactamente lo mismo. Curiosidad, claro. Pero el tiempo nunca vuelve para atrás. Esto es así con todo. Con nosotros, con una semilla, con un árbol al que le troncharon una rama, con el café con leche en la taza que ahora está en el estómago.
Con todo.
Vos ya no podés volver para atrás.
Siempre estás avanzando. A veces te das cuenta y a veces no.

Yo no creo que la madurez sea tener hijos y casarse y no tener tiempo para una cerveza con los amigos. Yo creo que la madurez viene cuando uno se hace cargo de lo que en verdad quiere y debe hacer y lo lleva a cabo de la mejor manera. No se duerme en los deseos ni en los excesos.

Y yo que te leo hace un tiempo no creo que te vaya a pasar nada de eso.

Así que vos: tranquila.

Un beso

10:38 AM  
Blogger Maggie said...

lo pienso mil veces
lo siento mil veces
lo sueño mil veces
a veces me pregunto si no llegará el día que desee encontrarme con la maggie de 20 años y le diga ¡sacudite nena! o le pida, le ruegue, le implore, que no se pierda nada, que no se quede con dudas, que disfrute y viva como si fuera el último año.
y en eso estoy.
a veces creo que es un tema de miedo. otras de inseguridad.
pero creo (como dijo flor mas arriba) que la madurez viene con las elecciones, con el encontrarse haciendo lo que uno desea. o al revés, eso viene con la madurez. ya me lié, pero creo que se entiende, no?
si seguimos en este camino, creo que si te encontraras con la Urala de más años, ella te pediría que disfrutes. si vos te encontraras con la Pequeña Uralita, estoy segura que le dirías algo parecido.
Uh, que comment más largo y más plomo. Es que en los últimos días estoy pensando en estas cosas.
Culpa de las 4 canas que me encontré el domingo.

4:01 AM  

Post a Comment

<< Home