Tuesday, July 22, 2008

Blue label

Tardo un año hasta que lo compro, y un año mas hasta que se decidio a abrirlo. Y ayer, finalmente, esa botellita tan chiquitita, que venia tan prolijamente envasada en su cajita azul, con su certificado de autenticidad y con la capacidad de dibujar una enorme sonrisa en la cara de mi chico, fue servida como si se tratara de oro liquido en dos pequeños vasitos en el living de mi casa. No termine de pronunciar la palabra hielo que me lanzo la mas helada de las miradas. Supongo que seria como mezclar un Brunello di Montalcino con soda. Ok, ok, straight up then.
Cuestion que estabamos preparandonos para ir a dormir: ya habiamos cenado, ya habiamos tomado vino, y el vasito de whisky se hicieron dos y despues tres y despues who's counting anyway (a esa altura R ya estaba con sus piropos de borracho, "una de las cinco cosas que mas me gustan de vos es que hayas empezado a tomar whisky" -mirada atonita de mi parte- "ok, ok, una de las diez cosas que mas me gustan de vos"). Todo esto termino en la degeneracion absoluta, y, aunque hoy tengo una resaca terrible, me siento bien.

Creo que la fobia anda en retirada.

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