De tu querida presencia

Los ches son, para mucha gente, todas esas personas que saben que conocen pero de quienes no recuerdan bien el nombre. Entonces che me pasas tal cosa, o che tenes fuego.
A mi eso no me pasa. Es que tengo una memoria prodigiosa para los nombres. De esas memorias que a veces te hacen pasar verguenza, como que hay gente que parece creer que es *uncool* que alguien que solo te vio una vez se acuerde de tu nombre. Pero vayanse a la mierda, che.
En fin, despues de esta defensa a mi memoria, prosigo.
Mis ches, obviamente, son otros.
Son esos que tienen apodos tipo "gordo" o "la chancha", ponele. Si son amigos es una cosa, pero viste a esa gente que ves cada tanto. Como que no me da. O a veces con adultos, me pasaba mucho con papas-de-alguien-con-quien-no-tenia-mucha-confianza. Como que a un viejo le digan el turco. Que se yo, para ilustrarlo. No, igual a esos tampoco les decia che, para que te voy a mentir.
Creo que siempre estaba el estupido miedo de quedar como una confianzuda. O de no percibir como fue concebido ese apodo y como lo carga la persona, de decirlo vacio, perdiendome algo, no entendiendo lo que le pasa al otro cuando lo escucha. Porque son fuertes los apodos, a veces incluso mas fuerte que los nombres.
El nombre te lo dan sin conocerte, cargado de eso en que imaginan te convertiras. El apodo te lo pusieron conociendote, reflejando asi todo eso en lo que te convertiste.