Me encuentro en una especie de limbo burocratico en el cual no termino de entender como moverme. Este estado de residencia indefinido me tiene las pelotas verdaderamente llenas.
Mas alla de eso -papeles mas, papeles menos-, la vida estuvo de lo mas entretenida ultimamente.
Me pase dos semanas ayudando a un artista italiano con un proyecto bizarro. El tipo compro en eBay un camion postal y lo manejo hasta aca con la idea de cortarlo en pedacitos y usar las partes como ready made sculptures. Posteo un aviso en un sitio que es "all about the arts" al que entro con frecuencia para ver que onda, a que aplicaria "si ya tuviera los papeles... (sigh)" y demases, una especie de bolsa de trabajo y boletin de oportunidades para artistas de Nueva York. Y encontre a este chiflado que necesitaba gente con tiempo y ganas de ayudarlo en su locura. Y bueno, se ha formado una pareja. Ahi fui, a un parking lot en la loma del orto, a cortar un camion en partes. Eramos 7 voluntarios, mas los obreros de la zona que cada tanto venian a darnos una mano. El tipo nos pagaba en sandwiches (esto es literal eh, nos compraba un sandwich o un burrito en el mexicano de la esquina y comiamos alegremente en el piso, rodeados de polvo y herramientas). Fueron dias de taladro electrico, amoladoras, sierras, martillos, lijadoras, mascaras, guantes de trabajo y antiparras. El glamour absoluto en un parking lot en un barrio remoto, ajeno, lejano. Y siempre, siempre que me encuentro en estas situaciones extranias, en donde nadie sabe donde estoy o que estoy haciendo, me siento a salvo. Y sonrio fascinada, y saco fotos, y el mundo se vuelve hermoso en ese rincon perdido, aunque tenga tres astillas clavadas en la mano, dolor de espalda y barro hasta adentro de las orejas.
A veces me gustaria tener un hermano varon.