Thursday's child

Thursday's child has far to go

Contra todo pronostico, salgo de la escuela al mediodia y no llueve. No te digo "sol radiante", pero tampoco tarde negra. Nubes, un poco de frio, otro poco de humedad.
Lo llamo.
- Che, nos encontramos para almorzar? Termine por hoy.
- Dale, yo tambien. Venite para mi casa y preparamos algo.
Me tomo el subte desde Columbus Circle hasta el West Village. Llegamos a la puerta de su edificio al mismo tiempo desde direcciones opuestas. Nos reimos. Nos abrazamos.
Subimos y preparamos fideos. Dos de la tarde de un jueves nublado, y yo en un departamento comiendo fideos con manteca y queso. De golpe estas escenas cotidianas me resultan de los mas exoticas. Me habia olvidado de esa sensacion. Esta buena esa sensacion.
Levantamos todo porque ahora hay un raton en su casa y no se puede dejar ni una miga afuera.
Nos sentamos en el sillon y comemos chocolates. Fumamos un porro. Ah bueno, chau queridos, te juro que nos fuimos a otro planeta. Me rei tanto que me dolia la panza.
Toda esa energia despues se transformo y terminamos a full y a contrareloj porque el se tenia que ir a laburar al toque. Igual, operacion triunfo, hicimos todo lo que queriamos hacer y muy responsablemente nos vestimos en cuestion de segundos.
Yo que seguia reloca no podia contener mi alegria cuando salimos a la calle y me encuentro con que se despejo y el cielo esta azul y hermoso. Decido volver caminando hasta mi casa, que queda como a 20 minutos. Cruzo el Washington Square Park y no se como manejar mi fascinacion, en ese momento soy conciente de la cara de idiota que tengo estampada pero no me preocupo por cambiarla. Camino feliz entre bebes, perros, arboles, musicos, parejas y palomas. Me agarran ganas de llamar a una amiga, pruebo pero no la encuentro. Sigo caminando y me lamento de no tener mi camara: la tarde esta llena de imagenes que me gustaria volver a ver.
Llego al Barnes & Noble de Astor Place y entro. Voy directo al subsuelo: arte, diseño, musica, fotografia. Paso una buena hora ahi, en el piso, leyendo. Me dan ganas de comprar algunos libros. Muchos libros. Millones de libros.
Salgo y paso por la esquina del carrito de frutas. Aprovecho para cumplir con uno de los *challenges* que me dio R para esta semana: Cada dia me toca comer por lo menos dos frutas distintas y escribir sobre ellas. Donde la compre, por que la elegi, como es de aspecto, si tiene olor, que gusto tiene, la textura, el color, sensaciones, no se, lo que quiera. Me lleve un melon. Espero que este bueno. A la mañana comi una manzana asi que estoy cubierta por hoy.
Casi llegando a mi casa, me paso lo mismo que a Dieguez, y encima ni siquiera me ofrecieron un deseo. Un flash igual, leerlo el dia anterior y que despues me pase lo mismo en la otra punta del continente. Pero que mala onda como me amarretearon con el deseo, che. Cuando le devolvi el limon gigante, me quede mirandolo, como esperando mi recompensa. El tipo hizo un gesto con la cabeza, estiro el brazo y me dio un folleto del centro de Jabad Lubavitch mas cercano.
Segui caminando por St. Mark's. En la esquina de mi casa compre jabon y leche.
Frene en la puerta de mi edificio y busque las llaves en el quilombo de mi cartera.
Llegue.